Uno de los encantos de Santa Pola son sus parajes y zonas naturales de gran interés turístico, como las Salinas de Santa Pola.
Declarado de importancia internacional y protegido como Paraje Natural, se trata de un parque natural formado por un conjunto de dunas y playas junto a las que se ubica la explotación salinera. Cuenta con una superficie de 2.470 hectáreas, ubicadas en la zona litoral de la Bahía de Santa Pola. Su dinámica consiste en hacer circular el agua marina por un circuito de balsas con el fin de obtener una progresiva concentración de sales, como consecuencia de la evaporización.
Las balsas, también llamadas salinas y que ocupan una extensa superficie, permanecen inundadas durante todo el año por lo que el ecosistema, de extraordinaria importancia, se mantiene. Una de las especies que predominan en ellas es, sin duda, el flamenco, con casi 8.000 ejemplares durante la época de cría.
Las aves se alimentan de los peces e invertebrados que penetran en las salinas, mientras que la producción salinera se beneficia de la riqueza mineral aportada por la avifauna. Este es el motivo por el que una de las finalidades del Parque Natural es fomentar y garantizar el mantenimiento a largo plazo de la explotación salinera.
Un rincón lleno de fauna, vida y naturaleza que resulta de visita obligatoria si viene a Santa Pola.